lunes, 5 de abril de 2010

Mis ultimas lineas cuelgan del techo

Desde cuando no sostienes una larga conversación con una amiga como las que solías tener conmigo??Es difícil admitir cuando pierdes algo por un error cometido y tú no eres la exepción del caso. Preferiste perder mis dotes de amiga, novia, amante por tu ridículo ego. Pero hoy con la frente en alto te doy las gracias por haberte esfumado de mi vida y por haber reaparecido con el rabo entre los cuernos, esa acción tuya demuestra tu débil hombría y sustenta mi pensamiento de que por algo el mundo da mil vueltas. Da mil vueltas para que gente como tú tenga la oportunidad de pedir un perdón, da mil vueltas para que gente como yo se ría de tus errores. Me regocijo haciéndome la mala, al verte ahi tendido en el piso rogando por mi perdón, rogando por una oportunidad, una oportunidad que perdiste hace mucho tiempo átras. A caracajadas me río, me río de ti. Lástima causas porque ya ni pena das. Es fácil dejar a alguien con el corazón destrozado, cometiendo el peor de los errores. Pero si tú error fue dejarme, peor aún fue el mío, por brindarte lo mejor de mí cuando tu ni siquiera sabías que existía. Asi que es fácil y sencilla la explicación. Si de errores se trata, amo tu error y odio el mío. Pero respira profundo y toma asiento... porque hoy gracias a ti, puedo reirme tanto que hasta me duele la boca del estómago. Porque hace años no veía un rostro lloroso tan patético como alguna vez se vio el mio. Tu sufres y yo gozo, asi son las injusticias de la vida. Pero quizas gracias a mi no vuelvas a cometer el mismo error en tu vida, cuando consigas alguien que te complemente a la perfección, que se preocupe por ti, que sus besos sean tu alivio, que su sexo te sirva para borrar las cintas de tu cerebro, AGARRALA Y NO LA DEJES IR. Porque si no en un par de años estarás repitiendo la misma historia, y quizás peores letras te dedicarán.Y quizas tus lágrimas no bastarán. Ruegalé a Dios por tu perdón, porque yo no conozco esa palabra. Mi alma es negra como la noche, fría como un témpano de hielo y al tu ser el culpable de tantos años de amargura solo puedo encomendarte a ese Ser superior, porque de mis labios nunca escucharás palabras de amor, solo de desprecio. Asi que la mejor recomendación que puedo darte es ... DESAPARECETE DEL MAPA! Mil noches de lágrimas no se borran con una hincada de rodillas, ni con un ramillete de flores baratas. Y me pregunta es la siguiente: Que se siente ser el rechazado? Que rico ese dolorcito en el pecho cada vez que te dejo hablando solo o cada vez que me llamas y no contesto el teléfono. Siente lo que una vez me hiciste sentir, pero vive tu calvario pensando que algún dia esos sentimientos dejarán tu cuerpo, en busca de otra alma en pena, de un alma vacía, de una alma oscura como la mía. Y quizas ese dia te desprendas de toda lágrima y veas al mundo con claridad. Y apreciarás los minímos detalles que se te regalan todos los dias. Ese dia yo no estaré para ver como lo logras, si lo logras y decides no culparte, porque esta es mi carta de despedida para ti y para el mundo antes de colocar un buen nudo en la soga y colgar del techo.Y con estas palabras quizas te culpes pero mira que importante eres, a ti mi adorado tormeto dedico mis últimas líneas de odio y desprecio.

Amandote en Silencio

No son las palabras, es la forma en que las dices. No son tus manos sino la forma en que me tocas. Ni siquiera son tus labios sino la forma en que me besan. He tomado varias veces la misma decisión y vuelvo a caer rendida ante ti. Que si somos amigos, que si te amo, que si me amas. Una vez más tener que soportar la presión de verte frecuentar a otras, mientras en silencio yo te amo. Que si la diferencia de edades, de experiencias, de todo. Hoy estoy más cansada que nunca de luchar por algo que nunca será mío, que nunca ha sido más que un simple amigo con privilegios. Un día me besas al otro me olvidas. Un día me amas, al otro me quieres. Se hombre, acepta las cosas como son y llámalas por su nombre y apellido, con ocultar las cosas lo único que logras es envolverme en una telaraña interminable, que no me logra dejar salir de ti, de tus caricias, de tu forma de ser. Cuanto daría porque las circunstancias fueran distintas, que difícil es amar sabiendo que me amas pero que no soy la indicada para ti. Que difícil el saber que no puedo retenerte a mi lado, que no me perteneces, que eres un alma juvenil con las alas abiertas y en pleno crecimiento, tus alas, esas alas que piden a gritos libertad, libertinaje. Y que hago yo con este año de pasión, de revolcones, de noches a tu lado??? Que se supone que haga yo para olvidarte, para sacarte de mi mente??? Si cada vez que lo intento, ahí llegas tú, tus mensajes. Estamos a tiempo de no dañar tan bonita amistad pero ya no estoy a tiempo para salir sin heridas. Porque entre muy fácil a tu corazón envuelto en alambres de púa pero salir me será imposible. Aun deseando escapar del, rogaría porque me abrazaras fuerte y no me dejaras ir. Porque queriendo perderte, te deseo a mi lado. Mi vida es tan complicada, tan contradictoria, tan llena de soledad. Me aferre tanto a los momentos contigo que cuando no estás cerca me siento inútil, inservible. Duele el tenerte sin que seas completamente mío, pero aun más duele que no estés aunque sea como amigo. Y lo intento una y otra vez, pero caigo rendida ante tus encantos. Embrutezco, hago idioteces, ni yo misma me reconozco. Eres un niño comenzando a vivir y pretendo que entiendas lo que te quiero decir, aunque no me entiendas solo quiero dejarte claro que no puedo ser tu amiga amándote, que no puedo verte con otras, que no aguanto tu indiferencia, que odio no ser lo que esperas o necesitas, pero te entiendo. Sigue tu vida mi niño, goza de los buenos momentos. Mientras yo… sigo amándote en silencio.
Por:
Muñeca Delgado de Jesús
12 de marzo de 2010
2:57 pm

Que es la vida?

¿Qué es la vida? Es una pregunta muy compleja. Pero es compleja solo porque deseamos que así sea. No hay forma más fácil de explicar que es la vida que al escuchar el llanto de un niño al nacer. La vida no es por los siglos de los siglos, es cada segundo, cada hora, cada día, cada luna, cada sol, cada sonrisa. Es el odio, la hipocresía, la ignorancia, la madurez, el amor, la vanidad, el orgullo, el desprecio, es cada sentimiento. La vida es cada mínimo detalle que compone nuestra existencia, cada pequeña cosa que existe en el mundo así parezca insignificante. La vida es sembrar un árbol de bendiciones, cosechar el fruto de la envidia, comer tristeza y respirar el mal. La vida, tu vida, es este instante, este preciso momento. Al levantarme descubrí que soy más que dichosa por poder abrir los ojos, eso es vida. Vida es el sonar de las cuerdas de una guitarra vieja, la sonrisa de un amor platónico, las lágrimas de un amor arrepentido, cada sorbo de bebida carbonatada. La vida no es complicada, complicada es como nosotros queremos vivirla. Es sencillo, levantarse y gozar de cada segundo de ese maravilloso día soleado o de lluvia o nublado, de felicidad o tristeza porque no importa que esté pasando por nuestras mentes en ese momento, ese día en el que te sientas como te sientas abriste los ojos… podría ser el último. Así que vive, ríe, llora, sueña pero vive. Disfruta cada día no como si fuera uno más y tampoco como si fuera el último, disfrútalo porque tienes vida y vida es alegría pero también es tristeza, vida es confusión, desilusión, sufrimiento, soledad pero también es dicha, seguridad, caricias, deseo, pasión y lujuria. Vida es un beso bajo la lluvia, un polvo bajo las estrellas de madrugada, hacer el amor mecánicamente a las 3 de la tarde, es ser fiel, dedicado, inútil, pendejo, fuerte, alocado. Vida son los orgasmos, las borracheras, las fiestas familiares, los cumpleaños, el primer día de escuela, los tapones, las filas, las deudas. Vida no es vivir lo bueno es vivir plenamente. Vida son las prohibiciones, los deseos reprimidos, los secretos, las mentiras, vida es el sexo, el trabajo, los estudios, vida eres tú, vida soy yo. Vida es adoptar, criar, parir, aconsejar. La vida es una herida, una marca, un adiós, unos buenos días. Comer es vida, arrastrarse también. Exigir perdón es vivir, perdonar es aun mejor que estar vivo. Vida es el amor a ciegas, las citas a escondidas, el mantecado de chocolate, las almendras, el vino, los quesos, la amistad y bailar en las nubes. El perfecto sabor de los labios del pecado es vida, los latidos de un corazón inservible, el aliento de la brisa marítima, el fosforo de los mariscos, el sexo desenfrenado en un auto, en un lugar público, encima del escritorio. Desnudar el alma y construir sueños de chocolate, ahogarme de semen, respirar tu aire, el mío. Vomitar 7 litros de alcohol, salvar una vida, herir otra, el dinero, la ambición, la codicia, las enfermedades, caminar por la luna sin ser astronauta, la guerra, todo es vida, todo hasta que llegue el inesperado día de nuestra muerte.
Por: Muñeca Delgado de Jesús
16 de marzo de 2010
1:39pm

Mi angelito

Un cubo de hielo se desliza por mi cuello siendo derretido por el calor de tu aliento, mientras sorbes cada gota que se desprende del y baja por mi cuerpo. Tus delicadas manos acarician mi cabello, mi cuello, mi espalda. Mientras yo, con los ojos cerrados me encuentro porque confío en ti. La fuerza de tu cuerpo se mezcla con la delicadeza de tus gemidos, haciendo que me sienta segura mientras con tus brazos tropiezo. Esa piel clara, suave, con olor a hombría, con sabor a frutas, con sabor a ti. Tus deliciosos labios se detienen en mi sexo, descubriendo cada mínimo detalle en el, degustando mis líquidos femeninos, oyendo la mezcla armónica de mis gritos y mis suspiros desesperados. Y ahí estoy yo rogando por sentir tu cuerpo confundirse con el mío, por convertirnos en uno. Benditos huesos definidos que llevas mas allá de tu cintura casi por tus caderas, los cual devoro en este instante. Tus dedos se pierden en mi interior y mis músculos internos los detienen para nunca dejarlos salir, para sentir el placer eternamente. Faltándome el aire, me donas tu respiración, teniendo sed, me diste a beber de ti. Y aquí sigo yo rogándote me hagas tuya. Y ahí estas tu haciéndome suplicar. Volteas mi cuerpo, acaricias mi nueva marca, lentamente te detienes en mi columna vertebral, haciendo vibrar cada vertebra existente en ella, besas cada centímetro de mi espalda, me dices al oído que deseas que me entregue a ti, yo te pido a gritos que lo hagas mientras mis líquidos descienden por mis muslos, tócame, siénteme, bésame. No me castigues pero no tengas piedad de mi. Agarraste mi cabello y fuerte pero a la vez con calma deslizaste mi cabeza hacia atrás, lamiste mi cuello. De media vuelta caímos al suelo, nos besamos por interminables minutos, te pusiste de pie, me levantaste del suelo, continuaste besando cada parte existente en mi no perfecto cuerpo. Con fuerza bruta pero rica me pegaste en contra de la pared, de espaldas a ti estoy, mis manos apoyadas del cemento mientras siento lo que te convierte en hombre muy cerca de mi, me presionas, me acaricias, me enloqueces. La desesperación me invade y hasta lágrimas de deseo y pasión ruedan por mis mejillas. Te detienes, tomas mis manos y me encaminas a la cama nuevamente. Una vez recostada en ella ya cuando una sonrisa se asoma en tus labios me dices que me harás tuya. Envuelta en el momento, en la pasión, me dejo llevar y ni siquiera noto si nos protegimos. Después de varios minutos de desenfrenado sexo y calientes caricias te acercas a mi oído, aprovechándote de que estaba más cerca de las nubes que de la tierra y terminaste dentro de mi. Como si no supiera las consecuencias y dejándome llevar por lo bien que me sentía te dije que no habia problema que te olvidaras de eso... Hoy tu hijo cumpliría 8 años pero no tendrá bizcocho ni velas, porque al enterarte de que ibas a ser padre, no me diste opción, arrastraste mi cuerpo a una clínica de un amigo, me amordazaron, me sedaron, pero no siquiera esperaron que me durmiera, en aquella pantalla veía como dentro de mi despedazaban a mi hijo, tu hijo, ese que nunca quisiste tener. Cada vez que te veo vienen a mi mente las imágenes de mi bebe y lo único que pasa por mi mente es la forma en que cortaría tu cuerpo en pedazos y se lo echaría a los perros pero NO! No soy tu… mi conciencia vive tranquila y desde el cielo me vigila un angelito que tiene tus ojos y tu sonrisa.
Por: Muñeca Delgado de Jesús
17 de marzo de 2010
12:02 pm

Alejandro

Un cigarrillo, dos cigarrillos… stress, la mente bloqueada. Aun así borrar ciertos sucesos de mi mente me es imposible. Memorias borrosas permanentes que me torturan día tras día. Amanecí desnuda, sin fuerzas en una cama desconocida. Corrí y la puerta estaba abierta. Para mi chocante asombro estaba muy cerca de mi casa, sentí alivio por un momento. Desesperada me recosté en mi cama y el sueño venció mi cuerpo y mente que intentaba reponer el rompecabezas que en ella habitaba. Como flash de fotografía veía imágenes… Yo bailando, yo con un Martini en la mano, yo hablando con desconocidos, yo desnuda y sin saber como había llegado allí. El aliento me faltaba mientras soñaba. Las imágenes en mi cerebro las veía una y otra vez como una película en repeat. Pero faltaba un pedazo de la cinta. Como recordarlo, como olvidarlo. Pensé cosas terribles, imagine aun peores. Y vi lo que tanto temía, tres cuerpos desnudos sin rostro encima de mí. No pude dormir, me levante, enterré mi cuerpo en la bañera. Mientras el agua recorría mi cuerpo los retratos venían una y otra vez. Las lágrimas se confundían con el agua sucia que recorría mi piel. Mis gritos llevaban dolor, misterio, desesperación ante lo no conocido, pero no me caracterizaba por ser una joven débil. Salí me vestí y fui a caminar. Un café en este momento era lo que necesitaba para controlar mis nervios desordenados. Sorbí de aquella caliente bebida y al bajar por mi garganta apreciaba el alivio, la calma momentánea. Momentánea por que al terminar y levantarme tropecé con aquel hombre. Al sentir su intencional roce, recordé, lo vi. Con él era que hablaba en aquel bar, vi nuestra conversación, vi sus amigos a mí alrededor, vi las cervezas, los martinis y los shots de tequila sin limón. El me miro fijamente a los ojos, los del estaban aguados y salió corriendo. Yo emprendí mi vuelo detrás de aquel desconocido que sabia podría esclarecer mis memorias. Lo detuve con fuerza y de su boca tan solo pudo salir un “Lo siento”, “Yo no quería hacerlo”, “ no te toque lo juro”. Caí al suelo con un peso de 500 libras en mis hombros, no pude controlar mi llanto. El me repetía lo siento, lo siento. Saque ánimos de donde no los había y le dije que sientes, dimeee que es lo que sientes? Porque ruegas por un perdón, si no se ni de que me hablas. El me arrulló en sus brazos y me recogió del suelo. Me juro que me explicaría todo, que confiara en el. Como puedo confiar en él si no se quien es, que hacia ayer conmigo? Pero accedí a hablar con él. Le pregunte su nombre para mi asombro uno muy bonito, se llamaba Alejandro. Y ahí comenzó mi tortura. Me conto que estábamos en un bar hablamos, bebimos muy a gusto. Uno de sus amigos llevaba un tipo de drogas que deja inconsciente a las personas. Fueron al baño del lugar y lo planearon todo. El se opuso desde el principio pero le hicieron caso omiso. Conocían un departamento abandonado en buenas condiciones y amueblado cerca del lugar. En uno de los martinis vaciaron la droga, casi me arrastraron a un automóvil. Mientras él me contaba mi mente esclarecía. Era una BMW negra, tintes oscuros, asientos en piel. El apartamento, la cama, recordé los rostros de los tres hombres y allí no estaba la cara de Alejandro. Me explico que intento ayudarme pero sus “amigos” lo amenazaron con algo muy personal. El me relato como me quitaron la ropa y se bebía las lágrimas mientras me contaba las partes más horribles. Los 3 me habían ultrajado. No dejaron ni un lugar de mi cuerpo sin que sus lenguas asquerosas me lamieran, no dejar pedazo de piel sin el roce rudo de sus manos, sus miembros recorrieron cada abertura oscura y cálida de mi anatomía, dejando sus hijos no vivos esparcidos en mis senos, en mi fisionomía. Llevándose con ellos cada hilo de inocencia que quedara en mi. Aun dolida y destrozada mi cuerpo buscaba un abrazo y Alejandro me lo brindo, mientras al oído me preguntaba cual sería mi siguiente paso? Mientras me rogaba que lo perdonara por no haber sacado valor para defenderme de aquellos monstruos muertos del hambre sexual. En sus brazos sentí paz en medio de aquel ciclón que a mi vida llegaba. Le dije que no podía pensar, que me acompañara a mi casa. Ya en mi hogar algo me decía que no lo dejara ir, que lo invitara a pasar y así fue. Me dijo que me acompañaría, que me diera una ducha mientras él me cocinaba algo. Me duche, me puse una camisilla y un pantalón de algodón largo. Me acurruque en el sofá de mi sala, comimos pasta y el cansancio me vencía. Se iba a levantar para irse, aguante su brazo y le rogué que no me dejara sola. Todo un caballero, me dijo que no lo haría. Por primera vez pude ver sus ojos verde claro, su tez era blanca, de cabello corto, cuerpo bien formado, cara juvenil. Me abrazo y allí quede dormida en sus fuertes brazos. Día tras día, estuvo conmigo, decidí no presentar cargos, pero no podía ir a trabajar todavía, el tampoco fue. No me dejo sola ni un segundo. En una semana sabia mi vida y yo la del. Vimos películas, comimos, bebimos vino tinto, jugamos, dormimos. Asombrada de mi conducta ya no pensaba en aquella horripilante noche, solo podía pensar en Alejandro y en lo bien que me hacía sentir estar cerca de él. Miraba tras la puerta del baño mientras secaba su cabello al salir de la ducha, vi como se ponía su camiseta después de que mi toalla rozara su espalda, como sus piernas entraban lentamente en aquel pantalón, enloquecía. Quería decirle tantas cosas que provocaba en mí, pero algo me aguantaba. Esa noche bebimos 3 botellas de vino, entre la borrachera y mis deseos reprimidos, lo único que gritaba mi cuerpo era… sexo. Recostados del piso nos miramos fijamente a los ojos, removió el cabello que yacía en mi frente, acaricio mis mejillas, beso mi frente y yo… petrificada. Queriendo hacer miles cosas y no podía ni controlar mis extremidades. Pero encontré la fuerza me senté, lo atraje a mí y bese aquellos dulces labios. Recorrí cada centímetro de su piel con mis dedos, observe su aliento, su belleza, oía su corazón palpitando fuerte, su acelerada respiración, sentía en mi boca como la suya se hacía agua, como nuestras salivas se mezclaban congeniando perfectamente. Sus manos recorrían las mías. Sus besos llenaron mi epidermis de electricidad. Lentamente removió mi camisa, soltó mi cabello, bajo mis pantalones y con ellos mi ropa interior. Desnuda bajo la clara luz de la luna que entraba por mi ventana, sentía desesperación de sentir su hombría dentro de mí. Y desnude su cuerpo, asombrosamente perfecto, no musculoso, no desnutrido… simplemente perfecto. Rodamos por el suelo mientras nos besábamos. Lamio mis pechos cual niño sediento de leche. Bebió de mi manantial cual hombre que corrió el 10K. Allí estaba el recostado del piso y yo encima del. Movimientos lentos, suaves, tiernos, comenzaron mi gran sección de sexo con Alejandro. No apartaba la mirada de mis ojos, derritiéndome cual chocolate debajo del calor del sol. Nuestros cuerpos se confundieron en uno. Los movimientos iban acelerándose y con ellos, mas altos mis gemidos. Alcanzaba perfectamente mi punto G, y hasta el Z si existiera. Mordía mis labios, gritaba, hasta lágrimas brotaban de mis ojos. Era rico, dotado de hermosura, maravilloso. Congeniamos como el pan y el vino. Después de largos minutos de hacer el amor con aquel hombre sentía deseos de culminar con el dentro de mi sexo. Halo mi cabellera me atrajo hacia él y en mi oído susurro que quería terminar. Le grite con todas mis fuerzas que lo hiciéramos juntos y en una mezcla de gritos, movimientos rápidos luego lentos estallamos. Paz irradiaban nuestros poros. De ese maravilloso sexo no me canso y hoy termino mis letras para correr tras del que me espera en la cama, mientras tú lees, yo me gozo a mi Alejandro.
Por: Muñeca Delgado de Jesús
30 de marzo de 2010
4:09pm