No son las palabras, es la forma en que las dices. No son tus manos sino la forma en que me tocas. Ni siquiera son tus labios sino la forma en que me besan. He tomado varias veces la misma decisión y vuelvo a caer rendida ante ti. Que si somos amigos, que si te amo, que si me amas. Una vez más tener que soportar la presión de verte frecuentar a otras, mientras en silencio yo te amo. Que si la diferencia de edades, de experiencias, de todo. Hoy estoy más cansada que nunca de luchar por algo que nunca será mío, que nunca ha sido más que un simple amigo con privilegios. Un día me besas al otro me olvidas. Un día me amas, al otro me quieres. Se hombre, acepta las cosas como son y llámalas por su nombre y apellido, con ocultar las cosas lo único que logras es envolverme en una telaraña interminable, que no me logra dejar salir de ti, de tus caricias, de tu forma de ser. Cuanto daría porque las circunstancias fueran distintas, que difícil es amar sabiendo que me amas pero que no soy la indicada para ti. Que difícil el saber que no puedo retenerte a mi lado, que no me perteneces, que eres un alma juvenil con las alas abiertas y en pleno crecimiento, tus alas, esas alas que piden a gritos libertad, libertinaje. Y que hago yo con este año de pasión, de revolcones, de noches a tu lado??? Que se supone que haga yo para olvidarte, para sacarte de mi mente??? Si cada vez que lo intento, ahí llegas tú, tus mensajes. Estamos a tiempo de no dañar tan bonita amistad pero ya no estoy a tiempo para salir sin heridas. Porque entre muy fácil a tu corazón envuelto en alambres de púa pero salir me será imposible. Aun deseando escapar del, rogaría porque me abrazaras fuerte y no me dejaras ir. Porque queriendo perderte, te deseo a mi lado. Mi vida es tan complicada, tan contradictoria, tan llena de soledad. Me aferre tanto a los momentos contigo que cuando no estás cerca me siento inútil, inservible. Duele el tenerte sin que seas completamente mío, pero aun más duele que no estés aunque sea como amigo. Y lo intento una y otra vez, pero caigo rendida ante tus encantos. Embrutezco, hago idioteces, ni yo misma me reconozco. Eres un niño comenzando a vivir y pretendo que entiendas lo que te quiero decir, aunque no me entiendas solo quiero dejarte claro que no puedo ser tu amiga amándote, que no puedo verte con otras, que no aguanto tu indiferencia, que odio no ser lo que esperas o necesitas, pero te entiendo. Sigue tu vida mi niño, goza de los buenos momentos. Mientras yo… sigo amándote en silencio.
Por:
Muñeca Delgado de Jesús
12 de marzo de 2010
2:57 pm
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