martes, 26 de octubre de 2010

Papel estrujado

No importa quién somos, quien éramos, ni que hicimos o dejamos de hacer, solo importa quién seremos. Es imposible planchar un papel que hemos estrujado en nuestras manos con fuerza y dejarlo como nuevo, como viene en la resma. Así mismo no podemos sanar un corazón que hemos herido, que hemos lastimado con nuestros actos, con nuestros errores. Lo que si podemos hacer es convertirnos en alguien nuevo y demostrarlo, de esta forma quizás no podemos borrar las cicatrices pero por lo menos podemos suturar las heridas abiertas y con cada acto nuevo calmar el dolor. Mil veces me han herido, mil veces he herido. Aun con tanto dolor que he sentido en cada desplante, con cada desamor, aun viendo como existen en la tierra hombres malos, maltratantes, alcohólicos, mujeriegos, aun siendo testigo de lo que es un buen hombre… hiero. No me detuve ni un segundo a pensar en todo el daño que me hicieron, en como lo que yo haría causaría un dolor inmenso en el hombre que me amo sin importar que, si lo que yo le he hecho a él, me lo han hecho a mí, yo se que se siente, se como quema. Y aun así no me detuve. Y hoy 3 años de amargura y dolor pesan más que 7 de felicidad, pesan más que un matrimonio, que una familia unida, que una hija. Y no logro sanar ese corazón lastimado, no logro planchar ese papel que estruje más y más fuerte con cada uno de mis erróneos actos. Y hoy tengo que soportar como ella se estaciona frente a lo que hace 3 meses era mi hogar. Hoy me tengo que conformar con ser tu amiga y tenerte una noche si y 4 no. El tiempo no se detiene y tú prosigues con tu vida, tu vida sin mí y yo deseando apaciguar tu dolor, deseando tener el dinero para comprar una plancha industrial y alisar el papel estrujado, muriéndome por tenerte todas las noches, a todas horas. Y me odio por haberte herido tanto, odio cada segundo que te hice llorar, cada minuto que no estuve a tu lado, cada hora del amanecer que esperaste por mí, cada día que me deseabas tanto y yo prefería dormir, cada semana que paso sin hablarnos, cada mes que estuvimos separados y cada año que no celebramos nuestro aniversario. Hoy sumamente arrepentida te miro a los ojos y llorando me dices que el hombre que eres hoy lo cree yo, que hoy eres un doble de quién era yo hace unos meses, que cada acto que realizas lo sincronizas perfectamente para parecerte a mí, te convertiste en Muñeca y aunque parezca sínico me gusta que hoy seas yo, porque de aquí a uno, tres, seis meses estarás en la posición que me encuentro yo… transformando mi vida para recuperar lo que un día perdí. Desearas lo que tanto deseo yo hoy, mi familia, mi esposo, mi vida. El ser que eres hoy me brinda esperanzas. Porque algún día dejaras caer la máscara y retiraras de tu corazón toda armadura metálica que lo corroe, que lo protege y vendrás a mis brazos para reconstruir lo que un día derrumbe. Elijo ser paciente, amarte, esperarte… sabes por qué? Porque esperaste tres años por mi cambio y aquí estoy hoy, renovada… Ahora es mi turno de esperar por ti.

Por:
Muñeca O. Delgado de Jesús
19 de mayo de 2010
2:24 pm

No hay comentarios:

Publicar un comentario