martes, 26 de octubre de 2010

Somos

Ayer te soñé mientras el cansancio vencía mi cuerpo. Imaginé que era cierto por lo vívidas que eran esas imágenes. Me encontré contigo ocasionalmente en el estacionamiento de un centro comercial, cuando iba a entrar a tu vehículo para saludarte, me pediste que no lo hiciera. La duda recorrió mi cuerpo, el miedo lleno mi garganta, dos lágrimas rodaron por mis mejillas y no entendí el porqué. Me aparté y tú viniste hacia mí, te pregunté y tus labios me callaron. No podía creerlo lo que tanto soñé se estaba haciendo realidad. Tus labios con los míos creando chispas cósmicas que recorrían mi cuerpo entero. Me recosté encima de ti, en la parte delantera de aquel auto y te bese sin cansarme por horas y tu reías para hacerme más feliz todavía. Pero fue momentáneo, el sol entró por mi ventana y abrí los ojos. La cama vacía, nadie a mi lado, soñarte fue precioso pero solo fue eso, un sueño. Es normal que vea tu nombre y se me acelere el corazón? Es normal que extrañe tu cuerpo sin haberlo tenido? Es normal que no le tema al mundo cuando pienso en ti? Cuando podre tenerte?... esa es la duda que constantemente me taladra los pensamientos. Será posible que un día seas mía? Muero por tenerte en mis brazos, acariciar tu cabello, perderme en tu mirada. Muero por rozar tus labios, tu cuello, tus pechos. Muero por sentir tu piel junto a la mía. En silencio observaría como crece nuestro deseo, nuestras pieles hechas una. El pecado vive en mi carne, que Dios me perdone por eso, pero es inevitable. Como puedo verte y no desearte? Añoro tu desnudez en mi cama, deseo sentir la calidez de tu sexo y besarte incansablemente por siglos. Contigo lo quiero todo, tú me devuelves las esperanzas perdidas. No soy perfecta pero sé que te puedo hacer feliz. Siento un fuerte deseo de amarte sin miedos ni ataduras. Quisiera perderme en el laberinto de tu ser y llenar de caricias tus entrañas. Un te quiero no bastaría, para ti no. Mereces que mil acciones expresen lo verdadero del sentir. Porque el amor de mujer no es simple, es extenso, complicado pero rico, único, profundo y lleno de energía. Nuestros cuerpos se difuminan envolviéndose entre sabanas mojadas y sueños rotos, volviéndonos una. Uniéndonos ante la adversidad y enfrentando al mundo con nuestra verdad. Nacimos para ser amantes la mitad del tiempo y confidentes siempre. Tu y yo un sólo ser, un sólo cuerpo, una mente y miles sentimientos envueltos en belleza y dulzura. Porque eso somos… la delicadeza hecha vida, la libertad hecha carne, el fuego consumido y la pasión desenfrenada.

By: Muñeca Delgado
20 de octubre de 2010
11:17 am

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