Un sentimiento que mata. Te extraño. Vuelve, te necesito. Varios meses han pasado y la reacción las pocas veces que te he visto o escuchado es la misma, se me seca la garganta, fuego recorre mi cuerpo, revivo cada instante a tu lado, como amiga, como amante. A veces estoy tranquila pero muchas veces me desespero al darme cuenta que no estás, que no te tengo. Pierdo la vida al no tenerte cerca. Intento recrear mi mente en otras cosas y no lo logro. Ahí está tu vivido recuerdo que me endurece la piel. Yo muero amándote y tú vives feliz sin saber de mí. No encuentro explicación lógica para saber cómo te metiste tan intrínsecamente en mí, en mi mente, en mis entrañas. El sonido que producen tus cuerdas vocales es melodía que calma mis sentidos. Juro ignorare tus llamadas y juro en vano. Al ver tu número registrado en la pantalla no espero ni dos segundos para contestar porque necesito escucharte, porque muero por imaginarme cada palabra que saldrá de tus labios. Recibo un mensaje tuyo e imagino tus dedos rosando cada tecla y envidio tu teléfono. Te imagino besando otras bocas y el corazón se me torna negro, del coraje, la envidia, el odio por no luchar lo suficiente para tenerte. A ti es quien quiero porque tú eres quien incita en mi, cosas que ni existen en el universo. Porque aunque pasen los siglos de los siglos imaginare tus manos aferrando con potencia mis caderas a tu cuerpo, me veré encima de ti abrazándote fuerte, agarrando tu cabeza, muriendo por besarte y sentiré exactamente lo mismo que sentí cuando sucedió. Porque cada vez que recorriste mi cuerpo con tus manos subiste mi temperatura y bañaste mi sexualidad. Porque hoy no te tengo y te pienso y te siento. Cuatro meses han pasado desde el día en que me hiciste tuya y me sentí mujer. A la luna de hoy, no he podido olvidar ni un detalle. Y cada canción, cada lugar, cada pensamiento me recuerda a ti. A aquel suceso le dedico cada segundo de mi ideología. Del modo que suceden las cosas… yo deseándote por tanto tiempo y cuando por fin logro sentirte, tenerte dentro de mí, no me atrevo a besarte que estúpida que carajos hice ja! Me atreví a hacer de todo menos besarte. Y al culminar ese episodio de magnifico y delicioso sexo, tu tan frio me dices que esto es entre nosotros, que no se lo comente a nadie… Por Dios soy una adulta ya! Pero no me importo ni me importa. Ignore tus palabras y las ignorare porque aquel logro le daba y le da quinientas patadas a tus estúpidas palabras sin sentido. La oscuridad me lleva a alimentar mis sueños con esperanza… y no te veo, no te encuentro, no te tengo, no me perteneces. Donde puedo encontrar el switch que apaga las ganas que tengo de ti? Donde en mi mente está el botón de “erase” para borrar tus manos de mi espalda? Donde en mis oídos puedo bajar el volumen de tu voz que habita en mi cerebro? Donde te encuentro? Donde te busco? Por donde me alejo? Veo en la carretera vehículos como el tuyo y se me parte el cuello para ver si tengo la dicha de observar esos dos ojos marrón claro que logran hipnotizarme. Por favor regresa aunque sea una noche. Escapemos, entrégate, revíveme. Calma la sed que tengo de ti, de tus caricias aunque sean forzadas. Haz sentido alguna vez que el corazón se detiene de cantazo y al mismo tiempo un vacio en la boca del estomago? … eso y más siento al verte, al oírte, al escuchar que te nombren. Pretendo que todo está bien, que podre seguir adelante sin ti, pero NO. Me miento a mí misma, me engaño día a día. Y quisiera entregarlo todo y rendirme. Pero… tú llamas.
Att.
Muñeca Delgado de Jesús
16 de septiembre de 2009
9:29 pm
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